domingo, 29 de abril de 2012

Disrupción tecnológica: El negocio de la música o cómo no se le pueden poner puertas al mar

El debate en torno a los derechos de autor y el intercambio de canciones no es nuevo. Muchos pensaron que el cierre de Napster en 2001 por parte de los tribunales el problema había quedado resuelto. Se equivocaron entonces,y lo hacen ahora aquellos que piensan que reciente el cierre de Megaupload once años después acabará con el intercambio de música. Y es que, de nuevo, no se pueden poner puertas al mar cuando hablamos de un cambio de paradigma como el que se ha experimentado en los último quince años. La velocidad del cambio tecnológico supera al regulatorio y toda acción para limitar el intercambio de información tendrá su rápida respuesta, como ejemplo, el cierre de Megaupload vino seguido de un incremento en el uso de intercambios P2P.

Mi opinión es clara, la industria de la distribución musical debe hacer una profunda reflexión para a partir de ahí reorientarse. Business as usual ya no es una opción, esta última década prueba que ni las demandas ni los embargos pueden acabar con lo que ya es una realidad. O cambias o te cambian, y si no, pregúntenle a Kodak.

Como corolario multimedia, ya en 1993 Irvine Welsh avisaba que el mundo estaba cambiando en su novela Trainspotting.
En fin el mundo ha cambiado, la música ha cambiado y, como dice Renton, "sounds great to me!"